Hace mucho, pero mucho, mucho tiempo me compré unos tenis. Los quiero tanto como todo lo que me pertenece. Son parte de mi, de mis gustos. ¿Sucios? Si, algo... pero por mil y un pretexto, no los limpiaba. Desde esa fecha en que los compré y hasta este sábado por la tarde en que los lavé, fue apenas que conocieron el agua.
Hay tareas de menor y mayor grado que sin querer y sin darme cuenta he ido descuidando. Algunas son de forma inconsciente y otras tantas muy conciente.
He querido quizás esquivar tareas que tengo presente hacer y que de repente he sentido hasta miedo en hacerlas. ¿Por qué? Creo saberlo. No tengo porque engañarme.
Me he dado cuenta y no es novedad, que las tareas que se quieren realizar, simplemente se realizan de una forma: haciéndolas.
¿ Que tanto quiero realizar mis demás tareas pendientes?
Debo empezar a remojar todas las tareas que tengo pendientes porque además, realmente sí quiero terminarlas.