Este fin de semana pasaba por un café con uno de mis sobrinos y de repente escuché que alguien nos llamaba. Era uno de mis primos mayores quien descansaba junto con su esposa y suegra tomando un café. Nos saludamos en forma muy efusiva y por demás grata sin embargo, a mi sobrino quizás por su edad y no tan cercana relación con ellos, tuve que invitarlo a que los saludara a lo cual accedió con gusto. Despué de charlar un par de minutos y preguntarnos como estaban los familiares nos despedimos.
Lo anterior me hizo recordar cuando yo era pequeño y como es que nos invitaban a saludar a los familiares y a los padrinos. No se cuales serían y sigan siendo las costumbres en otros pueblos y ciudades de este país pero para ese entonces a los pequeños nos inculcaban el "besarle la mano" a los padrinos y familiares. Desde luego no era en un sentido literal pero si saludábamos a dichas personas cuando las veíamos diciéndoles un "Mano padrino...", esperando que estos nos contestaran con un " Dios te bendiga".
Ammmm.... nunca lo acepté. Nunca lo entendí. Nunca me gustó. Pero lo más cabrón es que no me quedaba de otra más que hacerlo.Por costumbre, por respeto, por ideas anacrónicas, por tradición pero, lo hacía y no sabes cuanto me chocaba. Hay alguna gente que todavía lo hace pero desde luego ya es raro escucharlo (por lo menos en este lado del mundo que es mi pueblo).
Jamás impondría algo así a mis hijos y familiares y es en el sentido de que vaya en contra de lo que piensen y crean pero eso sí, inculcar el amor y el respeto a los seres queridos es indiscutible.