Pues este año se rompió ese yugo: de improviso y en chinguísima para seguir la tradición de quemar al año viejo se realizó un muñeco que representaba el año 2008. Es de las únicas ocasiones en que los sobrinos y sus amiguitos se ponen a ayudar sin decirle dos veces y es que ¿como no hacerlo si hay cohetes de por medio?. Rápido N nos regaló un pantalón y creo también una camisa de J (te debemos una muda J), otro vecinito le voló a sus papá un par de zapatos, la chamaquera compró algunos cohetes y ahí nos ves a los demás fabricando un Frankenstein que representaría el año 2008.
Dentro de lo necesario no puede faltar el multifuncional silicón, o.k.?
Estarás de acuerdo que tampoco queríamos competir con la pirotécnia de la inauguración de los juegos Olímpicos en Beijing, verdad?
Osea, nos pudo haber quedado peor.
Se supone que mientras y suenan las doce campanadas que dan la entrada al nuevo año, “el viejo” se debe ir quemando pero, tampoco pudimos hacer todo al mismo tiempo ¿o.k.?: cada quien con la atragantada de las uvas, mi hermana y mi prima corriendo con maletas por la casa, yo prendiendo todas las luces de la casa y bueno, toda vez que hicimos esto pos le dimos fuego al 2008 despidiéndolo.
Y bueno, esperando todo lo malo del año que terminó se haya consumido, empezamos con nuevas buenas vibras este 2009 que inicia. Que tengan un feliz y próspero año.