A mi padre siempre le ha gustado el futbol y debido a eso, cuando yo era niño fue que participé como jugador en un equipo de futbol llamado “La Pandilla”.Nuestro uniforme era una camisa a rayas en tono café combinada con otras color beige, el short café y medias en el mismo tono.
Jugué de defensa, una posición que la verdad me era indiferente porque el futbol como que no era lo mío. Para mi padre se que no era lo mismo porque recuerdo muy bien cuando en alguna ocasión alguien le preguntó : ¿ y que posición juega tu hijo? A lo que el respondió con una muy segura sonrisa y sin verme: “de delantero”. Recuerdo que yo lo ví sin decir nada porque, entendí lo que decía.
De los muchos anécdotas que me pasaron en esa etapa, dos en especial vinieron a mi mente este fin de semana en el que con mi sobrino asistí a su partido ( a el si le gusta el futbol y además es de los que meten goles):
El primero, cuando regresando de un partido le mostré a mi madre y después a mi padre, la marca de un patadón que en una pantorrilla me había dejado un jugador de otro equipo y en donde lejos de un apapacho encontré un indiferente ”jummm…. Eso no es nada” . Y yo para mis adentros: ¿¿¿ Que ???
El segundo, cuando jugando un en un partido me dieron un balonazo y me sacaron el aire: se siente culeríííííísimo.
No todo fue malo, siempre me defendí jugando y le eche muchas ganas, con gran gusto recuerdo que en algún partido que jugué en las canchas de futbol de la Zona Militar me metí tanto al juego que el entrenador me felicitó en especial manera. Y es que le eché todas las ganas. Fue sumamente grato sentirlo. Jugamos en muchos lugares y también nos tocó jugar en el estadio Luis de la Fuente “El Pirata”, el estadio de esta ciudad en dos temporadas y eso al igual, también fue una gran experiencia.
Aunque me gusta ver el futbol, jugarlo un tanto ya no. La imagen que por alguna razón se me viene a la mente cuando escucho de que van a jugarlo, es de estar corriendo tras una pelota bajo el sol como a eso de las doce del día. Ahora que como espectador, el ambiente en el estadio no puede ser mejor y los mundiales, aunque sea por la tele hasta ahora, son lo mejor.