Recuerdo muy bien en alguna noche en la que de niños salimos a algún festival con mi madre y su amiga la Sra. Ch, en donde L y J, los hijos de ella y amiguitos nuestros, también estaban. Pasó el festival y caminamos un poco por el malecón del puerto. Nos sentamos a admirar el mar y a descansar un poco, no de la caminada, si no de (ahora entiendo) los problemillas que quizás a veces nos agobian y nunca faltan. Ante ese momento tan relajante y alejado de esos detalles Doña Ch recuerdo dijo algo así como… ¿porqué será nos complicamos tanto la vida cuando hay cosas que para ser felices no te cuestan nada? Si creen que fui a un a gran playa han acertado porque, en corto me gusta ir a la Playa Tampiquera y cuando mucho a las Playas de Anton Lizardo por aquello de contar con más tiempo. Nada de un Xcaret, Puerto Vallarta, Cancún o Acapulco. No hay pa más y vieras no lo necesito (bueno, Cancún si espero conocerlo… se que es el paraíso).
La tranquilidad que la naturaleza y las opciones que tenemos en nuestros lugares están allí, a veces a la vuelta de la esquina. Me gusta mucho la playa y casi no voy, cuando lo hago o tengo la oportunidad de admirar otra vez los pequeños grandes detalles de la naturaleza, recuerdo lo que decía Doña Ch.T mi sobrino, me acompañó haciéndome segunda. Nos la pasamos shingonsísimo.