Por la noche y debido al cumpleaños de J nos reunimos para cenar juntos una pizza. En esta ocasión no hubo mole, barbacoa o pozole como hubiéramos querido y como se hace en mi pueblo y es que a versión de su madre, este no se lo merecía (en lo dicho, le esta sacando canas verdes).
Llegamos al establecimiento y mientras los chiquillos y nosotros esperábamos la orden (con un hambre cabrona), …
Llegamos al establecimiento y mientras los chiquillos y nosotros esperábamos la orden (con un hambre cabrona), …
tic, tac, tic, tac...
...me pusieron al corriente. Cosas muy buenas pero también detalles que están pasando en familia muy cercana y que dependiendo como se tomen, pueden parecer problemas serios. No lo son de hecho pero es otra vez, dependiendo como se tomen.
El punto es, nos enfocamos y absorbemos con mayor facilidad lo negativo a lo positivo ¿Por qué será esto? Y peor aún, si no lo sabemos discernir… nos puede llevar la shingada (literalmente).
No es que yo no tenga problemas o sepa discernirlos pero, quizás más bien es se trata de enfrentarlos, buscarles una solución y lo primero, no crearlos.
Y bueno, como con problemas o sin ellos hay que comer, con su permiso porque llegó la pizza ¿gustan?