Y una vez que llegamos a Tlacotalpan lo primero que hicimos fué almorzar para recorrer algunas de sus calles y así admirar la combinación de colores de sus bellas casas. Mi amigo F vino al puerto de visita y uno de los puntos obligados a conocer era esta pequeña villa la cual espero de corazón le haya gustado.
En lo personal, me es fascinante este lugar y es que desde que lo conocí entendí porque Agustín Lara se enamoró de el. Si no lo creen, aquí les dejo otras imágenes que con motivo de la visita de mi estimado compadre en esta ocasión captamos: