Pasaba este domingo por la estrecha prolongación del boulevard que conecta a Mocambo con Boca del Río, una zona que se le conoce popularmente como “tropicana” y en uno de los muros que limitan al mismo han puesto unas figuras de peces que aunque quizás muy simples y sencillas, forman un largo cardumen.
Mi paso es muy frecuente por allí porque es camino a mi pueblo, camino a casa y aunque no me siento tan identificado con los peces como tal, la palabra misma de cardumen y su significado me es por demás fascinante y en otro sentido me pone a pensar y preguntarme...¿Qué es lo que hizo que perteneciera a este lugar y a esta especie? ¿Es el correcto? ¿Hacia donde vamos finalmente? ¿Iremos en la dirección correcta? ¿Es la dirección que queremos seguir o es la corriente nos atrapa y nos lleva? ¿Podremos desviarla? ¿Será bueno seguir en el? ¿Y si… no se sigue?
Definitivamente lo bueno del cardumen es aprovechar las ventajas de estar en el pero ¿se esta siempre consiente de lo que de manera individual se quiere?
Mi paso es muy frecuente por allí porque es camino a mi pueblo, camino a casa y aunque no me siento tan identificado con los peces como tal, la palabra misma de cardumen y su significado me es por demás fascinante y en otro sentido me pone a pensar y preguntarme...¿Qué es lo que hizo que perteneciera a este lugar y a esta especie? ¿Es el correcto? ¿Hacia donde vamos finalmente? ¿Iremos en la dirección correcta? ¿Es la dirección que queremos seguir o es la corriente nos atrapa y nos lleva? ¿Podremos desviarla? ¿Será bueno seguir en el? ¿Y si… no se sigue?
Definitivamente lo bueno del cardumen es aprovechar las ventajas de estar en el pero ¿se esta siempre consiente de lo que de manera individual se quiere?