Si hay una película que me gusta es la de Macario.
Desde que de niño la ví me atrapó y es que fue un mucho de todo: desde tocar el tema de la muerte a partir de nuestras arraigadas tradiciones en México, las excelentes actuaciones de Ignacio López Tarso y Pina Pellicer, el formato en blanco y negro, los grandes momentos chuscos y exagerados pero sobre todo, los momentos de reflexión.
El que Macario hubiera hablado con el mismísimo diablo, con Dios y con la muerte… me parece por demás fascinante y también, de miedo. Y todo a partir de quererse dar el gusto de no compartir algo… ¿lo han sentido alguna ves?
No por nada fue nominada al Oscar como mejor película extranjera en 1959 y para estas fechas, se las recomiendo ampliamente.
Desde que de niño la ví me atrapó y es que fue un mucho de todo: desde tocar el tema de la muerte a partir de nuestras arraigadas tradiciones en México, las excelentes actuaciones de Ignacio López Tarso y Pina Pellicer, el formato en blanco y negro, los grandes momentos chuscos y exagerados pero sobre todo, los momentos de reflexión.
El que Macario hubiera hablado con el mismísimo diablo, con Dios y con la muerte… me parece por demás fascinante y también, de miedo. Y todo a partir de quererse dar el gusto de no compartir algo… ¿lo han sentido alguna ves?
No por nada fue nominada al Oscar como mejor película extranjera en 1959 y para estas fechas, se las recomiendo ampliamente.
En CasaCelis a Macario le damos 9 de 10 palomitas.