Este martes me tocó ya la nueva rutina de pierna y aquí entre nos… la odio: aparte de que no hay un avance (que si lo hay, quiero ser optimista), no lo veo, me cansa demasiado, hace que realice un esfuerzo de verdad extra. Quizás mi genética y/o estructura no esta diseñada para ello sin embargo no me rajo, ahí estaré haciéndolo porque sino… no quiero imaginar como estarían mis popotes. Dios me ayude (cuanto drama ¬¬ ).