Cantamisa.

El estar en esta ocasión nuevamente en San Andrés fue estupendo por muchas razones importantes. El motivo principal fue desde luego acompañar a nuestro amigo A en su Cantamisa, la primer misa que oficia como sacerdote. Algo sumamente emotivo y que no tengo palabras para describir.

Previo a esto tuvimos la oportunidad de charlar un momento con el en su casa, felicitarlo desde luego, estrechar su mano, almorzar con el e intercambiar y conocer más detalles en su nueva etapa. Allí, tuve también oportunidad de conocer al Padre I, quien ha sido un enlace y gran amigo desde hace mucho.

El tiempo apremiaba, después de estar con el nos preparamos cada quien para asistir a la misa en donde con sorpresa y gran gusto, pude ver después de mucho tiempo a más compañeros de la universidad que también estuvieron presentes para acompañarlo.

Un festejo que no es tan solo de y para el, mueve a su familia y a sus amigos, a sus vecinos y conocidos… a su comunidad entera, a su nueva ciudad en la que radicará.

Lo quiero mucho, es un gran amigo y un ejemplo sin duda para mí, es una referencia. El ha llegado y así como el, muchos queremos llegar. Yo en lo personal quiero y es que, a veces parece falta tanto.

Con nada pago su amistad y sobre todo, el poder estar junto con mi familia y demás amigos en sus oraciones. Sigo en deuda. Mil felicidades.

A su familia mil gracias como siempre por ser tan cercanos a estos sus humildes servidores así como a D que nos apoyó también para movernos y sentirnos como en casa.