La noche de anoche fue algo interesante, intensa quizás en muchos sentidos y que ni al caso el comentario pero otra vez creo es aprendizaje para mi, ¿de que? No se, pero al fin aprendizaje.
Antier recibía en mi móvil una llamada desde un número desconocido y para cuando otras veces contesto, en esta ocasión me dio por no hacerlo. Ayer por la tarde mi amiga E me decía desde su teléfono que había sido ella quien había marcado desde otro teléfono que no era el de ella y bla, bla, bla… el caso es que la llamada era para avisarme del festejo del cumpleaños de L, otra lindísima amiga, el cual se festejaría este mismo jueves por la noche en un nuevo lugar aquí en el puerto llamado “El Candelabro”.
Aunque no lo tenía contemplado y no soy tan fan de las reuniones improvisadas, era el festejo de nuestra amiga así que traté de salir temprano de la oficina para llegar a casa y cambiarme. Cene algo con anticipación previendo cualquier detalle que ya no estoy dispuesto a pasar, y pasé de regreso a buscar a mi amiga E para irnos juntos al lugar citado.
Llegamos a El Candelabro y ya estaba un grupo de amigos de nuestra amiga cenando con ella: felicitamos, saludamos y nos incorporamos para beber alguna copa y platicar a gusto por un momento. Yo además quería conocer el lugar y me gustó, es de una decoración fantástica, muy ecléctica ya saben: muebles lounge, espejos por todos lados, marcos barrocos, un gran barra al centro del lugar con mármol a contra luz, pantallones de plasma, altas paredes en un tono naranja adornadas con botellas de vino incrustadas, en fin, muy shingón todo. La música tranquila, de corte actual y bohemia, en vivo a ratos y otros alternando con el sonido ambiental. Gente linda ya saben, ad hoc al lugar recién inaugurado sin faltar desde luego gente estirada.
El lugar me pareció de lo mejor, muy nice sin embargo y aunque me adapto, conflicto personal tengo con los lugares en donde tienes que pedir vino y esas cosas, ambiente para dormirse existen además de gente mamona por lo que, prefiero otra cosa. Con todo y que al lugar regresaría nomás para admirarlo, este es recomendable.
Se llegó la hora salir para brincar casi enfrente, a La Casona, una disco de mayor movimiento, también con gente mamona pero donde además de ser más juvenil el ambiente, los códigos son, para hombres: móvil en mano aunque nomás cheques la hora y para mujeres, además del móvil, llevar cabello planchado. A reventar estaba y es que, parece ya hay mucha gente de vacaciones ¿pero cuándo no esta así ahí? Me parece esta es la versión más “juvenil” de lo que podría ser ahora El Candelabro a quien lo veo como el primo mayor para un sector digamos más maduro. Acá, me la pasé muy bien creyendo pudo haber dado para más. Bailamos y careamos las canciones desde que llegamos y en donde noté que la canción más coreada fue “I gotta feelin” de Black Eyes Peas con la que yo en lo personal no comulgo mucho (tendré que aprendérmela según código). Todo bien hasta ahí.
Llegó el momento de despedirnos y salir del lugar para tomar un taxi. Salimos en el y al detenerse en un alto donde inicia el boulevard, donde un retorno existe frente al conocido Hotel Lois, tal hubiese parecido que nos detuvimos a esperar ver un cheque anunciado: al querer dar la vuelta un coche en “U”, ya escuchábamos el rechinido de las llantas de este que no alcanzó a dar la vuelta debido a la velocidad que llevaba para impactarse con la barda de la casa contigua a la Casa Museo Agustín Lara. Fue impresionante ver impactarse al auto del cual su cofre se destrozó para llenarse de humo por dentro. Primero salió una chica en la parte del copiloto, posteriormente salio otra chica quien era la piloto. Había más personas atrás en el coche a quienes ya de reojo vimos que las personas que cerca estaban, ayudaban sacándolas. Nosotros no podíamos más que pedir a Dios por su bienestar en ese momento. Eran las 3:15 de la madrugada y fue en cuestión de segundos, justo en el tiempo que dura el alto del semáforo.
¿Andarían tomadas? ¿Por qué correr a esa velocidad? ¿Por qué siempre pasa esto entre personas que parecen no escuchar las recomendaciones que hasta el cansancio se les hacen sobre la combinación alcohol/volante? ¿Qué hará falta hacer para que se entienda en que drástica forma se puede cambiar la vida, o perderla…, en lo que dura tan solo el alto de un semáforo?
La noche de anoche fue algo interesante, intensa quizás. Todo lo que se puede ver y aprender en una noche no planeada. Diviértanse en este viernes de fin de semana y cuidémonos siempre.
Antier recibía en mi móvil una llamada desde un número desconocido y para cuando otras veces contesto, en esta ocasión me dio por no hacerlo. Ayer por la tarde mi amiga E me decía desde su teléfono que había sido ella quien había marcado desde otro teléfono que no era el de ella y bla, bla, bla… el caso es que la llamada era para avisarme del festejo del cumpleaños de L, otra lindísima amiga, el cual se festejaría este mismo jueves por la noche en un nuevo lugar aquí en el puerto llamado “El Candelabro”.
Aunque no lo tenía contemplado y no soy tan fan de las reuniones improvisadas, era el festejo de nuestra amiga así que traté de salir temprano de la oficina para llegar a casa y cambiarme. Cene algo con anticipación previendo cualquier detalle que ya no estoy dispuesto a pasar, y pasé de regreso a buscar a mi amiga E para irnos juntos al lugar citado.
Llegamos a El Candelabro y ya estaba un grupo de amigos de nuestra amiga cenando con ella: felicitamos, saludamos y nos incorporamos para beber alguna copa y platicar a gusto por un momento. Yo además quería conocer el lugar y me gustó, es de una decoración fantástica, muy ecléctica ya saben: muebles lounge, espejos por todos lados, marcos barrocos, un gran barra al centro del lugar con mármol a contra luz, pantallones de plasma, altas paredes en un tono naranja adornadas con botellas de vino incrustadas, en fin, muy shingón todo. La música tranquila, de corte actual y bohemia, en vivo a ratos y otros alternando con el sonido ambiental. Gente linda ya saben, ad hoc al lugar recién inaugurado sin faltar desde luego gente estirada.
El lugar me pareció de lo mejor, muy nice sin embargo y aunque me adapto, conflicto personal tengo con los lugares en donde tienes que pedir vino y esas cosas, ambiente para dormirse existen además de gente mamona por lo que, prefiero otra cosa. Con todo y que al lugar regresaría nomás para admirarlo, este es recomendable.
Se llegó la hora salir para brincar casi enfrente, a La Casona, una disco de mayor movimiento, también con gente mamona pero donde además de ser más juvenil el ambiente, los códigos son, para hombres: móvil en mano aunque nomás cheques la hora y para mujeres, además del móvil, llevar cabello planchado. A reventar estaba y es que, parece ya hay mucha gente de vacaciones ¿pero cuándo no esta así ahí? Me parece esta es la versión más “juvenil” de lo que podría ser ahora El Candelabro a quien lo veo como el primo mayor para un sector digamos más maduro. Acá, me la pasé muy bien creyendo pudo haber dado para más. Bailamos y careamos las canciones desde que llegamos y en donde noté que la canción más coreada fue “I gotta feelin” de Black Eyes Peas con la que yo en lo personal no comulgo mucho (tendré que aprendérmela según código). Todo bien hasta ahí.
Llegó el momento de despedirnos y salir del lugar para tomar un taxi. Salimos en el y al detenerse en un alto donde inicia el boulevard, donde un retorno existe frente al conocido Hotel Lois, tal hubiese parecido que nos detuvimos a esperar ver un cheque anunciado: al querer dar la vuelta un coche en “U”, ya escuchábamos el rechinido de las llantas de este que no alcanzó a dar la vuelta debido a la velocidad que llevaba para impactarse con la barda de la casa contigua a la Casa Museo Agustín Lara. Fue impresionante ver impactarse al auto del cual su cofre se destrozó para llenarse de humo por dentro. Primero salió una chica en la parte del copiloto, posteriormente salio otra chica quien era la piloto. Había más personas atrás en el coche a quienes ya de reojo vimos que las personas que cerca estaban, ayudaban sacándolas. Nosotros no podíamos más que pedir a Dios por su bienestar en ese momento. Eran las 3:15 de la madrugada y fue en cuestión de segundos, justo en el tiempo que dura el alto del semáforo.
¿Andarían tomadas? ¿Por qué correr a esa velocidad? ¿Por qué siempre pasa esto entre personas que parecen no escuchar las recomendaciones que hasta el cansancio se les hacen sobre la combinación alcohol/volante? ¿Qué hará falta hacer para que se entienda en que drástica forma se puede cambiar la vida, o perderla…, en lo que dura tan solo el alto de un semáforo?
La noche de anoche fue algo interesante, intensa quizás. Todo lo que se puede ver y aprender en una noche no planeada. Diviértanse en este viernes de fin de semana y cuidémonos siempre.
Eso de que le puede camiar la vida a uno en un instante es muy cierto, me cagan algunos clubes de Mexico donde solo dejan entrar a gente mamona, la verdad eso casi no se ve por aca, digo, al menos que sea donde va a bailar la puta de paris hilton, ahi si no me dejarian entrar ni a madrazos.
ReplyDeleteUn saludo
querido casacelis:
ReplyDeleteel candelabro...muy lindo nombre
que bueno que te divertiste!
feliz fin
besos
Pero en un instante Malhechecito... nadie tiene comprada la vida. En fin.
ReplyDeleteLo de los clubes mamones parece es tambien en todos lados.
Abrazos!
Me divertí mucho y el objetivo finalemnet se cumplio, conocer y celebrar a la festejada.
ReplyDeleteBesos linda Aki!