1 day ago
Friday, May 25, 2007
Sucedió lo inevitable...
Hace varias semanas haciendo alguna compra en el super, hubo algo que distrajo mi mirada. Generalmente entro al super por comprar, obviamente lo que necesito y pues de paso hecho un ojo a las novedades o cosas diferentes que ofrecen en el o en la tienda a la que voy: de repente te encuentras con cosas sumamente interesantes y novedosas, de repente no son tan interesantes pero son muy finas y caras, hay otras ocasiones en que a mi gusto son de un gran diseño y/o gusto, quizás hay cosas de mucha calidad, y otras que de plano nunca se me hubiesen ocurrido.
Pues lo que me llamó la atención y compré por ser tan accesible fué un pequeño recipiente para cocer huevos en el micro (una real pendejada). De novedoso se que no tiene nada pero, me llamó la atención en varios sentidos, y para variar trae unas instrucciones sumamente generales, es más, practicamente nada más dice que puedes cocer huevos. Eso si, un empaque muy "nice".
Como no traía más datos y por tener cierto metal (parece aluminio), no lo había utilizado, vaya, por pinches sesenta pesos no descompondría mi horno. Sin embargo, me dispuse a probarlo y después de haber sacado tres huevos crudos y uno más que de plano se reventó, me dí cuenta que el tal "pollo coce huevos" es seguro y funciona.
Información prematura.
Sucedió en una peluquería....
Una pequeñita de 5 años acompaña a su padre a la peluquería para que éste se haga un corte de cabello.
El peluquero, hombre muy amable, decide dar a la niña una pieza de pan dulce para hacer más grata la espera.
La niña se sentó a un lado del sillón, precisamente debajo de donde cortaban el cabello a su padre. El peluquero voltea a ver a la niña, y le dice:
"¿Sabes algo, muñeca?
Se te va a llenar de pelos tu bizcocho."
La niña pronta responde:
Sí, ya me platicó mi mamá... y que también me van a salir chichis..."
Una pequeñita de 5 años acompaña a su padre a la peluquería para que éste se haga un corte de cabello.
El peluquero, hombre muy amable, decide dar a la niña una pieza de pan dulce para hacer más grata la espera.
La niña se sentó a un lado del sillón, precisamente debajo de donde cortaban el cabello a su padre. El peluquero voltea a ver a la niña, y le dice:
"¿Sabes algo, muñeca?
Se te va a llenar de pelos tu bizcocho."
La niña pronta responde:
Sí, ya me platicó mi mamá... y que también me van a salir chichis..."
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