Ya no más. Ya no hay una razón, ni siquiera un motivo con el cual encuentre la suficiente fuerza que me convenza a seguir con ello. Todos los días fue lo mismo y a últimas fechas fue una y otra vez peor. Cada vez más. ¿Cómo fue que me dejé llevar?
Me va doler y se que tengo que luchar en contra de mis propios sentimientos y deseos pero será lo mejor.
No puedo decir que no me haya sentido feliz y que pasé momentos inolvidables, quizás irrepetibles pero no más. No pienso volver a caer.
Este 6 de Reyes ya fue lo último. Por fin se terminó la época de tanta comedera, fiesta y pachanga y podré iniciar una dieta que no incluya tanta grasa y pinche harina, tanta azúcar y carbohidrato, tanto dulce y refresco… tanta pendejada pues!
Los queridos Reyes Magos en casa de mi hermana me trajeron una dotación de ricos productos que me ayudarán a mitigar este padecer. Fue la señal. Fue el detonador que me quitó la venda de los ojos.
Se que lo voy a lograr.
Snif… snif.