Wednesday, April 18, 2007

Boda Tlacotalpeña, el regalo.

El regalo de bodas para mis amigos hasta este día fue que lo entregué. El motivo: hasta este día regresarían de luna de miel y no era necesario llevarlo a pasear a Tlacotalpan (al regalo) ya que lo traerían de vuelta a Veracruz.

Por las razones que quieran, no lo había alistado para entregarlo. A eso dediqué la hora de la comida este día y vaya show: Recorrí en el centro unas 6 papelerías y pos nada, las que no estaban cerradas en ese momento, no tenían envolturas y las que tenían estaban tan feas como anticuadas (digo, había que buscar una más o menos). Me voy a una super papelería y que solo vendían pliegos por paquetes de 25 pzas., y moños por bolsas de 50... ¿queeee?

Es pendejada pero..., me estaba desesperando. Paré en el mercado y ahí encontré un moño dos tres pero no envoltura (lo compré de una vez). Seguí caminando. Otra papelería y nada ¿padrás creerlo? Me regresé rumbo al mercado otra véz y en un changarrito por el que ya había pasado sin verlo estaba el papal idóneo.

¿Es así este rollo o exagero?

Quizás no me dirigí a la zona adecuada, quizás no se emiten tantos diseños de papel de boda, quizás no hay ya tantas bodas, quizás ya a nadie le importen las bodas, quizás ya por eso se inventaron las mesas de regalo, quizás tengo gustos muy jalados, quizás lo tenía que haber hecho si... con anticipación y no corriendo, etc. etc. etc.

¿Quién me manda a comprar un regalo así sin preparar? En fin, para la próxima ya se, y bueno, modestia aparte el regalo quedó chingón.