Thursday, November 01, 2007

Mi pequeña ofrenda.

Cada año en México se celebra en esta fecha a nuestros fieles difuntos de manera tan especial y diferente a otras forma de celebrarlo en el resto del mundo, que solo aquí con la muerte se baila y se canta, se come y también se llora. Además, es la oportunidad de reírnos también de ella.

La vendimia de todo lo que esto implica está al por mayor y los panteones… a reventar: confieso que solo en esta fecha a mi abuela en su Santa Morada es a quien acostumbro todos los años visitar.

Sin embargo, no solo la tengo presente a ella de los que como se dice, “se nos han adelantado”, sino a varios familiares y amigos tan queridos y entrañables que con su forma de ser y con su cariño aprendí a ser quien soy.

Son tantas las cosas que quisiera poder seguir aprendiendo de ellos y que me enseñaran. Son tantas las pláticas que quedaron pendientes... eran gente muy humilde pero de primera. No tengo como agradecerles más que manteniendo el recuerdo que me queda de ellos y su ejemplo.

Mi pequeña ofrenda estará dedicada a todos ellos.