Saturday, September 19, 2009

Afortunado.

Porque al caminar por la playa de Zicatela, a lo lejos F vio que algo se movía y preguntó ¿no es esa una tortuga?

Nos acercamos y si, era una tortuga caguama que del mar salía buscando la playa. La observamos con detenimiento tratando de no asustarla y admirados de ver un animal tan hermoso y así, tan cercano, tan natural.

La tortuga toda vez que llegó a arena seca empezó a cavar con sus patas traseras en la arena para hacer un agujero en donde desovaría. Un esfuerzo tremendo.

Algunas personas que pasaban también se detenían y se iban, alguno más se quedó y unos turistas que también quedaron fascinados regresaron por su cámara esperando encontrarla al regreso todavía. Mientras tanto ¿qué hacíamos para protegerla y/o cuidar de sus huevos? Alguien podía robarlos y/o hacerles daño sin embargo en ese momento uno de los guardavidas acudió para esperar a que terminará de desovar (están alerta de esos casos en que cuenta se dan). Una vez que terminó de desovar la tortuga, el guardavidas hizo a un lado la tortuga con el objeto de poder sacar los huevos y así poder llevarlos a un lugar seguro en donde estarían protegidos y en observación esperando a que las tortugas nazcan.

Mientras por instinto, la tortuga creía tapaba el hoyo en donde había dejado los huevos para posteriormente moverse de tal forma con su cuerpo que trataba de eliminar todo rastro de huella que pudiera dar con su nido. Una vez hecho esto, la tortuga regresó al mar nuevamente para perderse.

Abajo una secuencia de imágenes:



















La tortuga dejó 115 huevos de los que pequeñas nuevas tortugas nacerán en 45 días.