Wednesday, August 13, 2008

Listo, ya a la Secundaria.

Parece cuento de nunca acabar pero efectivamente, ante tanta competencia y escasez en servicios y oportunidades, la situación se torna más complicada.

Las escuelas no son la excepción y es que, desde hace ya un buen de tiempo para que queden tus hijos en la escuela que quieres hay que hacer colas, trámites, exámenes (aprobándolos con el promedio requerido) y más de dos vueltas.

Después de una desmañanada por parte de mi hermana y hacer los trámites anteriormente señalados, mi sobrino J fue aceptado en la escuela que se había elegido así que además de felicitarlo, quiero recordarle que disfrute de estos escasos días ya de descanso en casa y que a la nueva faceta a que se enfrenta, la aproveche y viva también con intensidad.

¿Cuántas cosas no se pasan, se viven y se aprenden en esa transición de la primaria a la secundaria? Fascinante.



(condenada canción pegajosa)