Sunday, January 03, 2010

Cena de año nuevo.

¿Que como pase el día último del año? Déjenme les cuento: a buena hora de la tarde que ya había salido de mis labores me dirigí al super a comprar las uvas que es lo que siempre me toca llevar. Fui a una de las Bodega Aurrera, y así como llegué me regresé: además de que la uva que había ya estaba muy escogida, el precio del kilo me pareció como de otro planeta, carísimas we y como que no más no me latió. Tendría que pasar forzosamente por Las Américas, un centro comercial, así que me arriesgué a comprarla allí y que estuviera igual, más cara o de plano ya no hubiese. Pues acá mucha mejor calidad y a la mitad del precio que en el otro super así que vienen, cuatro kilos pa’ llevar (cuando me vieron con ellas me dijeron eran muchas).

Llegué a casa de mi familia dejé las famosas uvas y regresé al puerto para buscar mi chiqui juego de luces discotequeras y la mirror ball digo, pa’ ponerle ambiente a la noche, y ya con el equipo listo de regreso en casa ahora a instalarlo junto con la música. No es por nada pero quedo shido.

Como siempre, las mujeres de la familia se lucieron con la comida en donde ahora hubo además de los clásicos espaguetis, la pierna y la ensalada de manzana, hasta antojitos tradicionales (escribo esto y ya me esta dando hambre). Ahhhhhh que rico!

Cenamos, y ya esperando que dieran las doce, todos estábamos preparados con nuestras respectivas doce uvas.
Ammmm..., tía, podrías esperarme nomás a tomar una foto? Gracias.
Esta pierna envinada me gustó.
Lomo de cerdo a la quien sabe que pero sabía, riquísimo.
Ahhhh...chiles rellenos.

Acotación: siempre nos pasa lo mismo, como no escuchamos casi radio, nunca encontramos la estación XEU para escuchar como Dios manda el tradicional “brindis del bohemio” y seguir las doce campanadas que darían el inicio del nuevo año.

Dieron las doce y con ello la petición personal de nuestros deseos comiendo las dichosas uvas, los abrazos de felicidad y buenos deseos entre nosotros por haber llegado por lo menos a este 2010 que esperemos sea mejor para tod@s. ¿Se acuerdan que eran cuatro kilos? Pues no quedaron más que como medio (neto).

Es común por acá en mi pueblo a ese momento, escuchar además los cohetones del festejo, escuchar también balazos. Uno de mis tíos saco su pistola y se aventó de corrido al aire diez balazos, cargó de nuevo y me la dio para ahora a mi, tocarme tirar otros diez. Los huevos se me hicieron más shiquitos pero el detalle estuvo shido. También se quemó “el viejo”, un muñeco que se hace representando al año viejo y el cual se rellena con cohetes lo cual es tradición por acá.


Después ya saben, un poco de bailongo y la visita de algunos vecinos y familiares para que a buena hora de la madrugada empezara a bajar mashin la temperatura y todos empezaban a desaparecer para acomodarse, jalar cobija y dormir. Yo mientras, quería ver los primeros rayos del sol de este nuevo año y aunque este no salio en todo su esplendor, si llegué a ver el amanecer. ¿Qué tal la pasaron ustedes?