Tuesday, May 19, 2009

La Isla de los monos & La Isla de las Garzas.

La selva Nanciyaga esta aledaña a la laguna de Catemaco, y dentro de esta se encuentran varias islas que son también protegidas por la Universidad Veracruzana e instituciones ambientalistas federales.
La vida y la cultura de la ciudad gira en torno a esta su laguna. A manera turística se permite el recorrido de ella a ciertos puntos en donde destacan además de los comerciales y religiosos, dos grandes puntos fascinantes en diversos aspectos: la Isla de los Monos y la Isla de las Garzas.

En la Isla de los monos existen macacos y mandriles y algunas otras especies como la del mono araña. Obvio los monos están en su hábitat natural ya que la idea es esa, que se permita el sano crecimiento y desarrollo de su población en un lugar que como este, resulta óptimo debido a sus características y condiciones naturales.

Los monos son vistos desde la lancha en la que se navegas a escasos metros y en donde hasta puedes arrojar semillas o cacahuates (los cuales están autorizados para dárselos) a manera de atraer su atención.

Aunque estos están ya acostumbrados a las visitas de estas lanchas, no se suben a las mismas ni tampoco son animales domesticados por lo que también es necesario mantener cierta prudencia. Nos cantaban existe la idea de introducir otras especies a las islas para su reproducción.
Además de los monos, es muy común ver en la ciudad de Catemaco y específicamente en el malecón de su laguna muchas garzas. Conforme ves el paisaje con árboles, vez más y más de estas.

Una de las islas es llamada Isla de las Garzas y es que esta a sido invadida literalmente por ellas. Al parecer, la característica de los árboles que allí existen es idónea para que las garzas construyan sus nidos.
Nos explicaban que las ramas al final terminan con varias ramificaciones en forma de soporte o “mano” que hacen que detengan el material con que construyen los nidos, de allí la invasión.
Hay varias especies, a mi gusto todas bellas pero una en especial, en color blanco y copete me pareció además elegantísima, muy imponentes.
Vimos espectáculos maravillosos al acercarnos y lograr ver como alguna de las madres daba de comer a su crío. Fue maravilloso.
Cielos, otra vez le tiempo me fué insuficiente para poder seguir admirando tan bellos lugares y aligual que el espacio aquí, insuficiente para poder agragar más imágenes. Mejor vayan ustedes mismos y sorpréndanse.