Gracias a nuestra amiga Griselda pudimos realizar una de las mejores aventuras que he pasado y que ha sido subir nuestro Cofre de Perote. En esta aventura pasé de todo: entusiasmo, buena comida, cansancio, mareos, ganas de devolver, hacer del baño a más de 4,000 metros de altura sobre el nivel del mar, etc.
Lo único malo fue que, por metros ¡solo por metros! no alcancé la cima de la montaña por el “mal de montaña” que me aquejó. Ni hablar, espero en Dios que en alguna próxima ocasión pueda lograrlo.
Lo único malo fue que, por metros ¡solo por metros! no alcancé la cima de la montaña por el “mal de montaña” que me aquejó. Ni hablar, espero en Dios que en alguna próxima ocasión pueda lograrlo.
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